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¿La fundación de quito? (parte II)

Se había dicho en la primera parte que la ciudad inca de Quito pudo haber existido en el actual centro histórico de Quito. Sin embargo, la fecha de su fundación, así como la localización de sus templos, aposentos, y cancha, se ha quedado impresa en una historia no nombrada. En realidad, la ciudad de Quito no fue fundada, sino refundada por los conquistadores españoles sobre las ruinas de la antigua ciudad, pero, aparentemente, la historiografía ecuatoriana no considera como fundación efectiva a toda aquella que fuese realizada antes de 1534; ni siquiera el caso de Cuenca, por ejemplo, en el cual hay todas las evidencias necesarias de una ciudad anterior.

El abandono y olvido de las ciudades, cultura, y tradiciones precolombinas se debe al desdeño de todo lo que tenga relación con el mundo andino, los chagras sucios, los longos, y los indios del obraje a cambio de la incorporación de las costumbres y tradiciones hispánicas. El olvido de Quisquís y Atahualpa a cambio de Pizarro y Benalcázaar, de Cochasquí y los observatorios a cambio del pseudo descubrimiento del Amazonas. A tal punto llega la denigración que olvidamos que la gran mayoría somos mestizos de indígenas y españoles, mas no de fracogermanicosajones y españoles. Al nuestra identidad bastarda tener que buscar un taita externo, minusvalidar a las «tribus salvajes y primitivas que habitaron las regiones del Ecuador previo al arribo civilizador del mundo occidental» es la mejor vía de escape y puente para degenerar la identidad. Es claro, en todo caso, que los historiadores, políticos, y medios no lo mencionan tan abiertamente, pero con hechos como que los libros de historia nos cuenten en apenas menos de un par de decenas de hojas la historia precolombina mientras que del período colonial e hispánico existan varias centenas de hojas sino libros completos es una prueba de que la historia ha sido escrita por los vencedores. Y no solamente libros históricos, sino fuentes bibliográficas de próceres nacionales incásicos. O que la investigación arqueológica precedente a la conquista española es incomparablemente reducida en relación al conocimiento tanto antropológico como arqueológico sucesor a la conquista nos da pie para entender que la historia ecuatoriana no es objetiva sino manipulada a conveniencia. La élite mentirosa que aún nos gobierna ha utilizado un modelo cultural europeo que degrada y suprime casi sistemáticamente cualquier vestigio histórico y cultural de nuestra verdadera raíz . En todo caso, tampoco deberíamos olvidarnos de quienes sí han buscado una historia más certera como Jacinto Jijón y Caamaño, Manuel Espinosa Apolo, el Padre Porras, Inés del Pino, o el FONSAL.



Es muy desalentador leer en la mayoría de libros, los cuales son escritos por pseudocriollos y mestizos blanqueados, que todos se dedicaban a la ganadería, al cultivo, y a la elaboración de prendas con algodón, sin ir mas lejos. Teniendo tan bien detallada información, ¿que otra visión podrán generar en lectores y estudiantes que la de que todos los pueblos aborígenes eran atrasados y conformistas?. En realidad, están generando un desapego y mínimo interés en la historia milenaria americana. Me es aún más desalentador e irritante saber que no leí en toda mi época colegial un sólo libro, monografía, o artículo sobre el verdadero origen de la ciudad de Quito. Aparentemente, entonces, la ciudad, y el Ecuador en general, tiene 450 años y algunos más. Es curioso, sin embargo, que haya gente que aprecie y se atreva a probar la magnitud del sistema inca, por ejemplo, en relación al desarrollo de vías de conexión entre sus ciudades con caminos bien elaborados (chaquiñanes) equipados con tambos y alimentos para los viajantes que eran recaudados de pueblos vecinos como cuota mensual al imperio central. Algunos autores se atreven hasta a llamarlo como un sistema presocialista aunque en América no existía ese concepto todavía. O, además, que la civilización mechica, aparte de tener cuatro o cinco pirámides en México, desarrollo acueductos y represas tan desarrolladas como las europeas de la época. Sin lugar a duda, la idea y visión de que América previa conquista europea era un paraje cuasi abandonado e incivilizado ha sido esgrimido por los poderosos para controlar e imponer a gente e ideas. El principal problema es que les ha funcionado perfectamente. Es cierto que en América no existía ni la rueda con el fin de transportar, ni la escritura con fines comunes; a América le hizo falta el contacto que los otros tres continentes tuvieron con Andronovo y China respectivamente. Sencillamente, América no tuvo necesidad de ruedas ni de escritura en su vida cotidiana, ¿por esto fueron menos desarrollados?. De hecho, en una clase de literatura, nuestro profesor comparó el arte precolombino con el europeo y, si mal no recuerdo, la única diferencia abismal era la escultura. En todas las demás ramas del arte, el conocimiento era similar. ¿Por qué entonces creer en la inferioridad del indígena americano?.

La supuesta acepción de que los indígenas primitivos eran retrasados, nos muestra la apatía y desdeño que los escritores tanto nacionales como latinoamericanos han tenido por nuestra historia. Usando estas actitudes, han hallado la perfecta opción que han encontrado mestizos blanqueados y supuestos criollos para injuriar y desdeñar su cultura, lengua, tradición, y cosmovisión en favor de una europea que, a más de la lengua y la corrupción no nos ha dado nada. Este cambio sistemático de ideas ha generado que el ecuatoriano sepa quienes fueron Julio César, Thor, Carlos Martel, o Juana la Loca y no Calicuchimac, Guamán Poma, Tupác Amaru II, Huitzilopochtli, o Wakon.

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