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Poética a dos voces

En estos últimos días, la muerte ha llegado omnipotente, rutilante y enceguecedora, victimizando a quien se le cruza con y sin piedad. Ayer le ha tocado también el turno a nuestro poeta Jorge Enrique Adoum. Con el respeto que se merece el "turco", me atrevo a dejar uno de sus poemas.



Aves corola que deshoja sin preguntar el viento
" -... vinieron en la noche, derribaron la puerta..."
por sus propios colores perseguidas
" -... hirieron al hermano y quemaron los libros..."
con las alas mojadas en estanques de altura
"-... bajaron a registrar hasta abajo del suelo..."
flechas del paraíso clavadas a su aliento
"-... rompieron los retratos, desgarraron mis ropas..."
las lineales celosas ahogadas del aire
"-... entre caballos se llevaron al marido..."
otoños en exilio forasteras del tiempo
"-... le colgaron de los dedos quebrándole las manos..."
guareciendo su pluma en bodas de algodones
"-... le han dejado con los pies en agua helada..."
amor que se adormece en la ola del vuelo
"-... ha muerto y lo enterraron no sé en dónde..."
con burbujas de nube entre los remos
"-... hoy se llevaron ya hasta a los niños."

Yo quería añadir: Su orden de aluminio...
Pero no puedo, pero no me dejan
y no quiero y me callo.
Tal vez matarlos es ahora el poema más puro.

Jorge Enrique Adoum[1]

Notas:
[1] Adoum Jorge Enrique. Yo me fui con tu nombre por la tierra. 1964.

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